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Los [II] cuartos Primera edición: marzo, 2023 Colección Candilejas n.º 6 |
«La tierra es redonda como una naranja».
«Sin la vigilancia y los cuidados de Úrsula se dejó arrastrar por su imaginación hacia un estado de delirio perpetuo del cual no se volvería a recuperar. Pasaba las noches dando vueltas en el cuarto, pensando en voz alta, buscando la manera de aplicar los principios del péndulo a las carretas de bueyes, a las rejas del arado, a toda la que fuera útil puesto en movimiento. Lo fatigó tanto la fiebre del insomnio, que una madrugada no pudo reconocer al anciano de cabeza blanca y ademanes inciertos que entró en su dormitorio. Era Prudencio Aguilar».
«Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabecera de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual, hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos, hasta que
Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atrás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar en el cuarto de la realidad. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real».
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad (1967)
Como en el sueño de los cuartos infinitos, bajo el castaño, José Arcadio Buendía, sentado y alejado de la realidad, comienza a ir de monólogo en monólogo para intentar poner en marcha, a través de los recuerdos, una nueva empresa colectiva que le permita refundar Macondo.
Los siete primeros capítulos de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez (1967) son el sustento de esta recreación literaria de naturaleza lírico-divulgativa que nació con el propósito de homenajear la novela e invitar a su lectura y relectura, y que ha servido de inspiración para que el dramaturgo Nacho Cabrera Guedes preparara, para su compañía Teatro La República, el libreto de Colacerdo (2023).
(Infame) esclavitud…
Vine a por él, señor. Mató a mi padre. En Riohacha. Con una lanza cebada. Todos lo vieron. Y todos oyeron en la gallera donde velaron su cuerpo la amenaza. «Te voy a matar», dicen que dijo. Mi madre estaba embarazada cuando quedó viuda. Quiso vengarse, pero estaba a punto de parirme y esperó. Luego, no pudo: el asesino, su mujer y algunos más se fueron del pueblo. Dicen que cogieron el camino de la sierra y que la atravesaron. No lo sé. Yo he llegado bordeando la costa. Mi madre enloqueció al saberlo. Una india guajira que había sido acogida por ella cuando no tuvo donde parir a sus mellizos la llevó hasta un gitano que paraba por esos días en el pueblo. Él se limitó a decir que buscaran en la casa abandonada. No sabían qué, pero no importaba: «Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarles el ánima», dicen que les dijo. «Lo que tenga que ser, aparecerá». Miraron habitación por habitación, alacenas y roperos, bajo los cobertizos y en el cuarto de aperos. Finalmente, dieron en el patio con la lanza. Estaba medio desenterrada. Los perros la habían ido sacando poco a poco, encendidos por el olor de la carne. Junto a ella vieron varias cabezas de gallos de pelea. Mi madre colocó el arma en un lugar destacado de la casa. En la salita de las visitas. Frente al sillón donde bordaba en bastidor junto con sus hermanas y mis primas. Nunca me dejó cogerla. Me la señalaba y con un sentencioso «todavía no» volvía a sus quehaceres. Cuando tuve edad de saber lo que esperaba de mí, me asintió con la cabeza. Me contó cómo había muerto mi padre y quién le quitó la vida. Supe luego de la guajira y el gitano, y de cómo durante mucho tiempo consiguió aplacar sus deseos de venganza porque el ánima de mi padre se le aparecía. Mantuvieron esta convivencia marital imposible hasta que nací y vio que no había engendrado una iguana ni un hijo con cola de cerdo. Una noche se le apareció en sueños y le dijo que se tenía que ir. Mi madre le preguntó que adónde y él dijo que a Macondo. «Me dejas sola», «Tienes a Prudencito», y yo mamaba de la teta ajeno a este compromiso con el que pasé mis primeros años y mi juventud hasta ese «ahora sí» que me ha traído hasta aquí. José Arcadio Buendía mató a mi padre. Me lo dijo mi madre siendo yo chico. Me enseñó a odiarle; tanto, que aprendí a rezar pronto para salvarme de la ira que iba acumulando. Lo maldije y me prometí buscarlo para acabar con él. Le clavaría una lanza. Ojo por ojo. Ya muerto, cogería y arrastraría su cuerpo por la selva de regreso a Riohacha, cavaría su tumba junto a la de mi padre y allí lo dejaría. Así tendría mi padre la oportunidad que no tuvo de matarlo nuevamente. Dos muertes seguidas, una detrás de la otra, era lo que se merecía aquel malnacido. Cuando tuve edad suficiente, salí a cumplir con mi promesa. Crucé la sierra. Llegué a Macondo. Pregunté por él. Me dijeron dónde estaba. Vi a su mujer. Vieja, dando órdenes, gobernando aquella casa que olía a estiércol. A él no lo vi. Esperé a que anocheciera, cuando todos durmieran, cuando la guardia estuviera baja. Si tenía que matarla a ella, pues que también cayera. Entré. Todo estaba en silencio. Desde una ventana, divisé la silueta de un castaño y alguien sentado apoyado al tronco.
Monólogo 1. Prudencio Aguilar; evocaciones a Nicanor Reyna, Pietro Crespi, Remedios Moscote, Apolinar Moscote, Alirio Noguera y Francisco el Hombre.
Monólogo 2º. Melquiades; evocaciones a Rebeca Buendía y Pilar Ternera, y a los ya nombrados.
Monólogo 3º. Úrsula; evocaciones a Arcadio Buendía, Santa Sofía de la Piedad y Gerineldo Márquez, y a los ya nombrados.
Monólogo 4º. José Arcadio, Aureliano y Amaranta; evocaciones a los ya nombrados.
Monólogo 5º. José Arcadio Buendía; evocaciones a los ya nombrados.
…[en la ruta de la seda]
Vine a por él, señor. Pero al final lo dejé ahí, donde siempre, bajo el castaño y con su delirio, con esa infame esclavitud que le hacía creer que siguiendo la ruta de la seda hallaría la paz.
Muchísimas gracias a Gabriel García Márquez por Cien años de soledad; a Enrique Mateu de Villavicencio por “Infame esclavitud”; a Kitaro por “Silk road”; a Nacho Cabrera Guedes por estos cuartos que en su origen mucho le deben; y, cómo no, como siempre, a Jorge A. Liria Rodríguez y Patricia Franz Santana, por tanto y por estar conmigo cuando se hizo realidad el principio de todo lo que nos convoca en estas páginas: Los cuartos y los finales (2019).
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Soltadas [de literatura y...] Uno Colección Mercurio n.º 80
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A continuación se enlazan los textos que compone el libro y que se han recogido en mi blog [Soltadas ]. Las versiones de la bitácora son anteriores a las que aparecen en Soltadas [de literatura y...] Uno, que representan las que deben reconocerse como versiones definitivas. Para más información sobre la realización de estas versiones finales, véase el prólogo del libro, intitulado «Contexto»
.
DE LITERATURA
Y…
- La Transición, prólogo y epílogo de un relato inconcluso [Fernando T. Romero Romero, La Transición en Agüimes], pág. 233 / 1
; 2
; 3
; 4
; 5
; 6
; y 7
- Extra omnes I.
· Lecturas civiles, una introducción [328].
· Entre redes: antidisturbios vs. antidemócratas. “Antidisturbios digitales” [334] y “Las redes sociales, amparo de agitadores antidemócratas” [337].
· Una verdad republicana [339].
· Carta desesperada a un ángel prisionero [343].
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Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente Después (del) 19 Ilustraciones de Patricia Franz Santana Primera edición: junio, 2020 ISBN: 978-84-17890-76-6 Depósito Legal: GC 141-2020 Enlace a accedacris.ULPGC.es ![]() |
El libro está dividido en dos partes. La primera se titula: Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente Después (del) 19 [ver] y reúne once textos que se publicaron en mi web durante los meses de marzo y abril de 2020, y que tienen como referencia principal la pandemia de COVID-19. Estos son sus títulos:
Soltada I. No soy un héroe [ver]
Soltada II. Improvisación [ver]
Soltada III. Excedentes [ver]
Soltada IV. «Carpe diem» zoológico [ver]
Soltada V. Excesos contraproducentes [ver]
Soltada VI. Sobre la memoria colectiva: algo que compartir con mi alumnado más allá de las aulas [ver]
Soltada VII. Lírica bélica [ver]
Soltada VIII. Detrás del bulo [ver]
Soltada IX. Imbéciles por vocación [ver]
Soltada X. Nada que celebrar [ver]
Soltada XI. No pasa nada. A modo de epílogo [ver]
La segunda parte se titula: Composiciones Originales Vigoradas Impunemente Después (del) 19 y reúne cinco piezas textuales que forman parte de un proyecto editorial que todavía está en proceso de elaboración.
Soltada I. La ira [ver]
Soltada II. Del espacio. Ordenada [ver]
Soltada III. Del tiempo. Abcisa
III.1. De siniestra a diestra: tramo del porteador [ver]
III.2. De diestra a siniestra: tramo de la carga [ver]
Soltada IV. Muestras para un diccionario sadalónico [ver]
Soltada V. Teoría de la soltada [ver]
INTRODUCCIÓN
El jueves 12 de marzo, a las 20.20 horas, llegué a casa después de mi jornada laboral en el IES José Zerpa. Hacía ya un buen rato que circulaba una orden del Gobierno de Canarias que informaba de la suspensión de la actividad lectiva en todos los centros educativos del Archipiélago «desde mañana viernes, 13 de marzo, y durante un periodo de dos semanas (14 días)».
Dos días más tarde, se publicó el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Quince días más tarde, el 28 de marzo, se prorrogó a través de la Resolución de 25 de marzo de 2020, del Congreso de los Diputados… Dos semanas después, el 11 de abril, hubo una segunda prórroga gracias a una resolución aprobada por el Congreso el 9 de abril. La tercera se publicó el 25 de abril y se amparó en una resolución del día 22, también aprobada por la Cámara Baja. La cuarta prórroga fue aprobada por el Congreso el miércoles 6 de mayo y publicada en el BOE el sábado 9; la quinta…
La consecuencia más destacable de la aprobación del estado de alarma ha sido el confinamiento de toda la población. Aunque a principios de mayo la situación se alivió bastante,[1] lo cierto es que durante más de 49 días no hemos tenido permiso para salir a la calle salvo para adquirir alimentos y medicinas, sacar la basura, resolver urgencias o cumplir con determinadas obligaciones: atender a nuestras mascotas, ir a trabajar quienes tuvieran que hacerlo, etc.
A las 20.20 horas del sábado 2 de mayo volví a pisar la calle. Hasta ese momento, mi encierro absoluto se había traducido, grosso modo, en unas 1.230 horas.
Durante todo este tiempo, he seguido cumpliendo con mis obligaciones laborales haciendo uso de los canales que facilitan la enseñanza a distancia y con mis habituales obligaciones domésticas; y, en lo tocante a devociones, no he dejado de hacer lo que tengo por divertimento máximo: leer y escribir; cuanto más, mejor.
Reconozco que pocas ganas tengo ahora de abordar el tema de mis lecturas durante el encierro.[2] Si mucho me apretaran para ello, destacaría de entre los no pocos autores que me han acompañado a lo largo de este medio centenar de días la presencia constante de Víctor Álamo de la Rosa, quizás porque la relectura de su novísima La ternura del caníbal ha venido aparejada con la gratísima “obligación” de cumplir con un compromiso adquirido con el escritor (hacer una reseña de la novela), quizás también porque entre mis escrituras pendientes se halla “algo” sobre este magistral autor que ha exigido y exige llevar a cabo la estimulante labor de documentarme.
Sobre las escrituras del enclaustramiento, tampoco es que me apetezca dar una relación de lo hecho en estas páginas, aunque he de reconocer que hay dos excepciones cuya mención considero tan necesaria como apetecible: una ya la he dejado caer sottovoce en el párrafo anterior; la otra está frente a ti en forma de libro con un título tan difícil de recordar como difícil de olvidar es el acróstico que representan las palabras que lo componen.
De manera inopinada. Así cogió forma esta iniciativa editorial. Este libro apareció sin preverlo, sin que hubiera un proceso de meditación y de proyección largo, como todos los que he firmado a lo largo de mi trayectoria como juntaletras. Surgió sin esperarlo, como todo lo que ha sucedido en los últimos meses. En este sentido, no recuerdo ninguna obra que haya publicado antes que esté más en consonancia con los tiempos en que fue gestada.
Todo cuanto ha ocurrido desde marzo para acá ha sido inesperado. Al margen de calificativos como “terrible”, “complicado”, “abrumador”, etc., el adjetivo que, a mi juicio, contiene la información ajustada para describir todo lo vivido es “inesperado”. El número de fallecidos y el de contagiados, las dificultades encontradas por parte de los héroes, el encierro y las decisiones sobre su cumplimiento e incumplimiento, las ruindades entre unos y otros, la solidaridad, etc., todo ha sido inesperado.[3] Nada se había previsto. Absolutamente nada. Y este libro, menos.
A principios de abril decido poner orden en los dos blogs que tenía desde hacía tiempo y que malamente acompañaban a mi web (www.sadalone.org).[4] Digo “malamente” porque el estado que presentaban era lamentable: desactualizados, pobres en cantidad, parcos en calidad… Eliminé uno, limpié el otro, fijé algunos criterios de presentación y lo boté al océano de la red con un artículo que había compuesto por esas fechas como desahogo: «No soy un héroe». El diez de abril vio la luz el citado texto en la renacida bitácora (soltadas.sadalone.org).
A la mañana siguiente, animado con lo sucedido en la víspera, publiqué otro texto que tenía esbozado desde hacía unos días y que también estaba relacionado con el COVID-19. A este escrito le siguió, veinticuatro horas después, otro; luego… Y así hasta dar forma a un conjunto de piezas inspiradas en hechos y pensamientos puntuales relacionados con la pandemia.[5] Me hice el propósito de que en todos hubiera un denominador común que espero haber logrado: que lo que había nacido tomando como referencia un acontecimiento singular pudiera proyectarse cuando este ya no se diera. No quería que la posible validez de lo escrito se circunscribiese a la encrucijada histórica vivida, sino que pudiera trascenderla, que los trazos de mi pensamiento expuestos como argumentos pudiesen extrapolarse a otras situaciones.
No mantuve el pulso de mi pluma asumiendo la eventualidad de cuanto iba componiendo porque no soy un articulista de opinión que expone una tesis ante un tema sujeto a la coyuntura de su especialidad periodística. Como no es esta mi condición, no quise que nada de lo escrito se elaborase con actitud sincrónica. Por eso, no me interesan los protagonistas, las anécdotas ni las cifras, sino que me interesa lo que representan todos en conjunto, me atrae más de ellos esa suerte de alegoría que atesoran y que ha contribuido a organizar el marco de mis percepciones ante lo vivido durante cincuenta días: lo que está bien o pudiera estarlo; lo que no lo está, lo que quizás se debería hacer, lo que no, lo que hay cuando y lo que hay tras, lo que es y lo que soy ante lo que está, etc.
Los artículos que etiqueté en el blog con la denominación de COVID-19 se erigen como mi breve diario moral e intelectual del encierro, una guía de viaje más que habrá de acompañarme en lo que me resta de vida y que forma parte de esa crónica existencial de la que vamos dando cuenta en nuestras publicaciones con la esperanza de que alguien sienta que los mapas textuales que se recogen conducen a un camino que, quizás, merezca la pena ser recorrido. Quizás…
En un determinado momento, cuando tuve la sensación de que lo que tenía que decir sobre los hechos y las ideas vinculados con la pandemia no pasaba del nivel propio de un incidente,[6] puse el punto final y agrupé todo el material bajo un enunciado (Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente Después del 19).[7] Debo, puedo y quiero (sobre todo quiero) reconocer que esta recopilación y edición estuvo alentada en buena medida gracias a la generosa y brillante influencia de mi admirado Fernando T. Romero Romero, que fue de los primeros que leyó en el blog el material publicado y el único que vio la posibilidad de verlo impreso en las siempre gratas observaciones sobre las lecturas que realizaba y que me remitía por correo electrónico.[8]
De la misma manera inopinada que cogió forma esta iniciativa con los artículos elaborados con el COVID-19 como referencia inspiradora, surgió mi interés por aportar al volumen algunos escritos que tenía compuestos y que formaban parte de un proyecto editorial que, por circunstancias que no vienen al caso exponer, no se publicará este año, como era mi deseo. A principios de febrero, a pesar de que ya tenía claro que se demoraba la publicación del libro en cuestión, logré terminar algunas de las piezas textuales que lo componen y que estaban a medio hacer desde mediados del año pasado. Me gustó el resultado obtenido y pensé entonces que algunas podían asumir la función de ser los heraldos de la obra pospuesta; o sea, que si se diera la oportunidad, había que procurar que vieran la luz como adelanto editorial.
Y la ocasión apareció, como todo lo que ha sucedido en los últimos meses, de manera inesperada. Tras las Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente… llegó el momento de hacer lo propio con una selección del material literario que ya estaba elaborado «después (del) 19» y antes del confinamiento. Por analogía con el título principal del libro, decidí agrupar las cinco muestras que ofrece este tomo bajo el enunciado: Composiciones Originales Vigoradas Impunemente Después del 19.
Así nació este libro. Así, de manera imprevista, cogió forma esta obra que, para terminar de redondear su marcado carácter singular, contó con las maravillosas ilustraciones de Patricia Franz Santana, las cuales, aunque también surgieron de manera insospechada, dada la evidente y esperada calidad de su trabajo, son lo único en esta industria libresca que no parece haber sido producto del azar.
[1]. Fijando las autoridades turnos para que pudiesen salir los pequeños, los mayores y los que están entre un colectivo y el otro.
[2]. Pocas, poquísimas ganas tengo sobre esto y ninguna en lo tocante a las obligaciones.
[3]. Hasta la mala intención, la pésima actitud, mostrada por los representantes públicos de la ciudadanía nos ha resultado inesperada, pues creo que llegamos a pensar que, en una situación como esta, era razonable concebir cierto interés por mostrarse cohesionados quienes deben contribuir a la unidad nacional para hacer frente a un problema que a todos nos afecta.
[4]. La página web que ha venido acompañándome desde hace casi dos décadas y que ahora está vigente en una versión de 2014. La web y los blogs han sido y son los únicos medios válidos para testimoniar mi presencia en Internet. En su momento, fui usuario de redes sociales (Twitter, LinkedIN, Facebook, Instagram…), mas de todas ellas reniego. Son un problema antes que una solución.
[5]. Al mismo tiempo que surgían los textos sobre la enfermedad, iba dando entrada a otros contenidos que habían aparecido en otras publicaciones mías y que consideraba aptos para esa suerte de “antología” en la que podía convertirse la renovada página web.
[6]. Pienso ahora, por un lado, en esas expresiones lingüísticamente tan desconcertantes como la “desescalada” por fases (no existe el sustantivo “desescalada” ni el verbo “desescalar”) o la denominada “nueva normalidad”, un oxímoron inadecuado porque se debe prescindir, sobre todo en las actuales circunstancias, de cualquier pirueta retórica que aleje los datos gubernamentales de la única función del lenguaje que le corresponde, la referencial (la poética es improcedente); y, por el otro, en ese abigarrado bombardeo de mensajes contradictorios entre unos y otros sobre los temas más variopintos (educación, transporte, ERTE…) que conducen a sembrar de dudas y enfados el día a día de quienes optan por hacer un seguimiento constante de la información suministrada por los medios de comunicación.
[7]. “Después del 19” hace alusión a “después de 2019”, ponderando así la excepcionalidad de este año 2020. Tras el año normal (19), vino el anormal (20), el año de estas “cuestiones” y de las “composiciones” sobre las que algo apuntaré a continuación…
[8]. Reconfortantes mensajes que jamás podré dejar de agradecerle. Muchas, muchísimas gracias, Fernando.
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Soltadas [de literatura y...] Dos Colección Mercurio n.º 81 Enlace a accedacris.ULPGC.es
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A continuación, se enlazan los textos que compone el libro y que se han recogido en mi blog [Soltadas ]. Las versiones de la bitácora son anteriores a las que aparecen en Soltadas [de literatura y...] Dos, que representan las que deben reconocerse como versiones definitivas. Para más información sobre la realización de estas versiones finales, véase el prólogo del libro, intitulado «Contexto Dos»
DE LITERATURA
1. Lectura de una ternura: los caníbales de… [Víctor Álamo de la Rosa, La ternura del caníbal], pág. 37.
3. Pildain desde una exquisita verdad ficcional [Juan José Mendoza, A orillas del Guiniguada], pág. 69.
4. Sombra de identidades en El informe Silvana [Sabas Martín, El informe Silvana], pág. 79.
7. En la finita infinitud del horizonte [Diana Fleitas Rodríguez, Horizonte], pág. 107.
9. Los descarriados y las calidades literarias [Enrique Mateu, Artenara, “Infame esclavitud”], pág. 131.
10. Algo, no mucho, sobre lectura, literatura y educación, pág. 141.
11. En el vademécum temporal de Miguel Ángel Sosa [Miguel Ángel Sosa, Anatomía del tiempo], pág. 155.
12. Librorum prima civitas et sedes. El hecho: «Pasado, presente y futuro del libro en Telde» [165] ; El recuerdo: «Enlibrado para la prima civitas et sedes» [170].
14. Para una despedida de González de Bobadilla [El paratexto de 'Ninfas y pastores de Henares'; El género pastoril a través de 'Ninfas y pastores de Henares'; y edición de Ninfas y pastores de Henares]. "Entre los afectos y los desafectos", pág. 198 ; "Pastorilia", pág. 203
; "Consumatum est, Bernardo", pág. 460
.
Y…
15. Un docente [Un docente y otros textos sobre educación], pág. 463.
17. En el senado de los egos: I. Solo el mar [491]; II. Veleidad [492]; III. Decálogo sobre la evolución ideológica [492]; IV. Hecatombres sanadoras [493]; V. Intereses políticos esenciales [494]; VI. Temor y confianza en los amos de la última palabra [495]; VII. La soledad como anhelo [496]; VIII. Los mejores consejeros [496]; IX. Los verdaderos santos inocentes [497]; X. Los relativos beneficios del peculio [497]; XI. El celo ninguneado [498]; XII. Tan diferentes y, sin embargo, tan iguales [498]; XIII. Vanidades [499]; XIV. Pírrico premio [499]; XV. Ninguneo [500]; XVI. Presuntos intereses desnortados [500]; XVII. Lealtad versus irrelevancia [501]; XVIII. Placeres impuestos, ganados malestares [501]; XIX. Viajar es, al fin y al cabo [502]; XX. Más allá de los escrúpulos [504]; XXI. Hablar por hablar I [504]; XXII. Hablar por hablar II [505]; XXIII. Carpe diem [508]; XXIV. Los demonios [510].
22. Extra omnes II: "Liberación" [549] ; "Mentira es, y punto" [551]
; "Parlamento fallido" [551]
; "Patriotas y patriotas" [556]
; y "Trabajadores públicos, ciudadanos concertados-privados" [559]
.
23. La ira [Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente Después (del) 19], pág. 563.
24. Instantes [Pro Marcelas], pág. 579.
25. Más allá de más acá. Del tiempo: abcisa (X) [Cuestiones Objetivables Vislumbradas Inquietamente Después (del) 19]: "De siniestra a diestra: tramo del porteador", pág. 583 ; "De diestra a siniestra: tramo de la carga", pág. 586
.
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Un docente y otros textos sobre educación Primera edición: mayo, 2020 ISBN: 978-84-17890-75-9 Depósito Legal: GC 140-2020 Enlace a accedacris.ULPGC.es ![]() |
El volumen está compuesto por un relato ("Un docente") y veintisiete artículos. Todas las piezas giran en torno a la educación y abordan cuestiones tales como: la función del profesorado, el lenguaje inclusivo, la noción de calidad educativa, la repetición de curso, el absentismo escolar, la influencia de la sociedad en la escuela, las nuevas tecnologías, metodología docente, la estructura del sistema educativo, la enseñanza de idiomas, etc.
El texto principal del libro se titula Un docente y pueden leerlo, además de en el fichero adjunto, en este enlace a mi blog [ver].
El índice del apartado "Otros textos sobre educacion" es este:
I. Teoría vs. práctica vs. experiencia [ver]
II. Renovación [ver]
III. 17|inercia|18 [ver]
IV. Sobre lenguaje inclusivo [ver]
V. No a "señorita" [ver]
VI. Cantidad, ¿calidad? [ver]
VII. Aurea mediocritas
VIII. Deontología del juzgador
IX. Cómo a nuestro parecer cualquier tiempo pasado
X. Por válido lo que no hubo
XI. Segundas oportunidades
XII. Sobre la repetición de curso
XIII. Multa por absentismo
XIV. "El rey está desnudo"
XV. Mayonesa para el pescado
XVI. Profesionales para la escuela
XVII. La cantera
XVIII. Responsabilidad lingüística compartida
XIX. Las intermitencias del suspenso
XX. Huecas huelgas
XXI. Sobre idiomas. Imposición vs. elección
XXII. 6+4 vs. 10
XXIII. Si algo cambia, quizás todo cambie
XXIV. TIC cataplaf
XXV. Pro traductores. [ver]
XXVI. Docentes públicos, ciudadanos privados-concertados
XXVII. Un docente. Reload... [ver]
"Pocas profesiones exigen tanta vocación como la docencia"
Entrevista realizada por Nora Navarro y publicada
en La Provincia el lunes 15 de junio de 2020.
Enlace: https://www.laprovincia.es/cultura/2020/06/15/profesiones-exigen-vocacion-docencia/1291643.html